¡Hola!

He estado MUUY ausente. A mis seguidores, les pido una disculpa.

Desde que escribí este post: “Cuando una manzana te engorda”,  he emprendido una búsqueda, la búsqueda de una “cura” por decirlo de algún modo. Pero no quiero una cura simplemente física, la quiero “HOLÍSTICA” es decir, de TODO MI SER… toditita yo quiero estar bien… y para estar bien, pues hay que buscar, analizar, aceptar y lo más importante es perdonar y dejar ir…. Mucha gente perdona pero no olvida, siento que esos están mal, porque entonces no están perdonando de corazón y siempre los perseguirá el famosísimo e inútil ‘si yo hubiera’…. Si yo hubiera, ¡nada! Más bien, perdona y como también dicen por ahí… Borrón y cuenta nueva. Y pues sí. Así que, les cuento:

Después de muchos meses de “hacer dieta”, súper hipo calórica, y conocida como “cetogénica” (en la jerga de las nutriólogas y médicos nutricionistas)– en español común para los mortales, una dieta de muy pocas calorías y que genera que tu cuerpo aproveche la grasa interna que tienes acumulada para convertirla en azúcar y generar energía sin ingresarle energía externa… (O sea, no comes nada de harinas, azucares, en mi caso le agregaron nada de frutas y grasa… por grasa me refiero a nada de nueces y semillas, ¡o aguacate!) Médicamente la dieta solo es apta para personas con Epilepsia severa, y sólo debe recetarse en esos casos. No es el mío y la verdad no me gustó nada, fui muy infeliz. Aunque debo decir que, gracias a esa dieta conocí unos productos maravillosos, suplementos alimenticios de la mejor calidad, antioxidantes, minerales, omega-3, que les digo, son unas capsulitas que tomo todos los días y me sientan super bien.

Se supone que la comida debe hacerte sanar, ser feliz, traerte recuerdos de tu infancia por algún aroma o algún sabor específico que te trae memorias positivas y amorosas, la comida debe servir de unión entre familias, amigos, amores… yo que sé, el chiste es que para mí, comer es una experiencia que debe ser placentera siempre. Debe nutrirte y crear emociones y sentimientos…, (soné a Heston Blumenthal), así como en Agua para Chocolate… ¿lo leyeron o vieron la película? Uff, pues sí, yo creo que la comida está íntimamente ligada al corazón, son amantes eternos… porque es una pasión que muchas veces se vuelve incontrolable… a veces de amor apasionado, a veces de odio apasionado… ¿o no?

La comida debe crear salud en todos los aspectos, salud física, emocional, espiritual… porque si no, ¿para que Dios nos dio los alimentos si no podemos disfrutar de una muy buena comida hecha con ellos? ¿Y qué mejor si los alimentos los preparamos con nuestras propias manos y los disfrutamos con gente que queremos? O incluso con gente que ni queremos o que ni conocemos pero que pudieran ser nuestros futuros amigos… no se… No por nada tanto en el Antiguo Testamento como en el Nuevo hablan muuuy seguido de comida, de dar gracias y compartirla, con quien sea, pero compartirla y tener ese sentimiento de gratitud y amor…

De verdad les prometo, de lo que más me gusta en esta vida y lo que más disfruto después de haber cocinado, es ver las caras de las personas cuando prueban algún platillo que cociné para ellos. Me gusta ver que su cara se transforma y tratan de descifrar que fue lo que les gustó tanto…. Muchos nutriólogos y médicos dirán que lo que estoy a punto de decir es justo lo que debemos evitar, pero lo que más me gusta es que mis invitados & comensales “repitan plato”…, de verdad, me hace muy feliz, porque como cocinar me hace feliz entonces, lo demás se da por añadidura.

Y no vayan a creer que por cocinar me refiero a un soufflé o un platillo culinario mexicano o francés al estilo ‘Julia Child’ (claro que eso ayudaría muchísimo) sino que, de verdad, una ensalada cruda con aderezo rico casero me hace feliz y si mi familia y mis amigos son felices comiéndola, entonces yo soy más feliz todavía y todo se convierte en un círculo virtuoso. (carita feliz aquí)

Pero mi vida no siempre ha sido así de feliz por la comida, esto es algo que recientemente he descubierto conscientemente y estoy segurísima de que muchos de ustedes podrán relacionarse con ello… Aquí es donde empieza mi “sanación”… descubrir cuándo empezó mi relación apasionada y con tintes negativos con la comida… cuando descubrí que la comida “podría protegerme” de lo que mi cerebro consideraba “amenazas externas”… y la mayor amenaza externa que sufrí a los 9 años de edad fue: “El Bullying”.

Ese mequetrefe maleducado que azota a los niños y jóvenes y que ‘Gracias a Dios’ no existía el internet en mi época, porque no sé qué hubiera sido de mí. ¿Alguna vez nos hemos puesto a pensar si la Obesidad Infantil que predomina hoy día,…será causada por el bullying? Hmm, creo que nadie lo ha dicho antes, ¿será que nadie se ha dado cuenta? Y claro, si a eso le agregas que los niños ahora se la pasan pegados a la tele o al iPad o a la compu, pues peor, porque entonces no tienen dónde sacar esa frustración, dónde refugiarse… ¡Gracias papás por haberme dado mi Ballet!

Escribiré más pronto… y esto continuará seguro, es solo que no puedo seguir escribiendo ahora, si no… no publico nada. (haha)
Bonito día (: